En nuestro fin último, buscamos 5 grandes logros, unas vías más seguras y amables, unas empresas transportadoras que generen confianza a todos sus usuarios, unas vías nacionales que hagan competitivas nuestras empresas productoras, unas vías departamentales confortables y unas vías terciarias que le garanticen a nuestros campesinos un buen nivel de vida.
Para ello, necesitamos una estructura institucional fuerte, capaz de hacer frente al reto de regular, controlar, dinamizar y atraer inversión al sector; unos procesos licitatorios transparentes, que generen confianza a la sociedad en general, unos contratistas serios, que garanticen el cumplimiento de plazos y presupuestos, pero, sobre todo, una sociedad aportando sus opiniones, sus preocupaciones y sus criticas. Los funcionarios somos solo los maquinistas de turno, pero la sociedad es la verdadera garante de la continuidad de los procesos.
Para lograr unas vías más seguras, debemos invertir en cultura ciudadana, pero también en infraestructura. Necesitamos enseñarle a conductores y peatones a usar correctamente la infraestructura, a ésta a respetar las comunidades, con pasos peatonales, retornos, salidas y entradas adecuadas socioeconómicamente, con pasa ganados adecuados y suficientes, pero sobre todo, tomar el tema de la seguridad vial, como lo que es, la mayor causa de muerte de jóvenes entre los 5 y los 14 años y la segunda mayor causa entre los 15 y los 45. Hoy mueren en Colombia cerca de 5.400 personas anualmente en accidentes de tránsito. Reducir esta cifra en forma sustancial, debe ser un propósito nacional.
La movilidad en las ciudades grandes es fundamental como mecanismo de confort, de productividad y de seguridad. En Colombia, la mayoría de accidentes suceden en las vías urbanas. El Gobierno Nacional tiene ya comprometidos 8 billones de pesos en los diferentes proyectos de transporte masivo que se adelantan en más de 10 ciudades.
Para lograr empresas transportadoras más confiables, de carga y de pasajeros, debemos continuar afinando el modelo ya iniciado, con diálogo permanente. Solo cuando tengamos el balance adecuado entre tarifas competitivas y empresas sostenibles, podremos comenzar a sentirnos tranquilos, pero todos debemos tener conciencia que es una tarea de todos los actores. Para esto también se requiere información oportuna y transparente, institucionalidad confiable y diligente y tecnología de punta que garantice la transparencia y eficiencia de todas las transacciones. En este punto, el gobierno tiene asignaturas pendientes y debemos esforzarnos entre todos, para recuperar la confianza, a través del cumplimiento de acuerdos y la puesta al día de tareas atrasadas.
Las vías nacionales deben apuntar al confort de la ciudadanía en general y a la competitividad del país. Junto con los ferrocarriles, los ríos, los puertos y los aeropuertos, conforman un sistema logístico que fortalece y disminuye los costos de poner la carga de exportación en puerto, que es la variable universalmente aceptada para medir este factor. Para esto se están invirtiendo más de 40 billones de pesos a ejecutar de aquí al 2020, con grandes proyectos en cada uno de estos modos de transporte.
Las redes secundaria y terciaria son las que deben garantizar a la gente que vive en las regiones, las condiciones para vivir y producir en sus sitios de origen, las que aseguran la posibilidad de sacar sus productos a los mercados locales y aún a los nacionales, las que permiten a los niños y jóvenes ir a educarse y a todos disfrutar allí mismo de condiciones similares a las que disfrutan en las grandes ciudades, sin tener que dejar su terruño. El Gobierno Nacional apoya a los gobiernos regionales en los planes viales departamentales, con tasa compensada para los respectivos créditos y a los municipales con los bancos de maquinaria regionales y los programas de vías terciarias.
Esos son los ejes centrales de nuestra gestión en el Ministerio de Transporte, resumido en dos palabras con las que tenemos todo el compromiso y contra las que confrontaremos cualquier actuación, son ellas, ejecución y transparencia.
Miguel Peñaloza Barrientos
Ministro de Transporte