Hace unos días, un periodista me dijo: en conclusión, ¿cuáles son sus metas en infraestructura? Le contesté: dos, construir 1.000 kms de dobles calzadas y dejar en un punto irreversible el gran paquete de concesiones que en este momento está en estructuración.
Los 1.000 kms serán la terminación de las obras que vienen en curso. Eso es totalmente claro. En Colombia el proceso de concepción, presupuestación, diseño, licenciamiento, estructuración, licitación, arranque de obras, no toma menos de 4 años, en consecuencia, las primeras obras diseñadas en este gobierno, estarán arrancando construcción hacia julio del 2014. Lo realmente valioso, es que el presidente Santos lo sabía y, aún así, se dio la pela de hacer la pausa, para pensar bien lo que se quería, para planificar la infraestructura que necesita el país y cada uno de sus departamentos, para desarrollar un nuevo modelo de concesión, que reparta mejor los riesgos y ponga presión sobre los contratistas, para terminar las obras en el menor tiempo posible. Pero también apoyó en forma clara, la terminación de las obras en curso, no solo las que tenían vigencias futuras, como las concesiones, sino las que tenian alguna discrecionalidad, como los corredores de competitividad y el Plan 2.500. Lo dijo muy claro desde un principio, "construiremos sobre lo construido". Ademas, diseñó un nuevo modelo concesional, que paga por unidades de servicio y pondera su correcta prestación, lo cual es fundamental, porque hay que reconocerlo, el anterior modelo de concesión hacía que el ritmo fuera el de generación de recursos provenientes de peajes o de los aportes estatales, lo que desvirtúa, en buena parte, el fin último por el cual el Estado concesiona una vía.
Pero, además, el mérito de una obra pública no recae en uno solo de los entes que intervienen en todo su ciclo de vida. Habrá muchas perspectivas, pero, tiene tanto mérito quien la concibe, como quien le pone los recursos y la vuelve un contrato así como quien la cuida día a día de los obstáculos que se le aparecen en su largo proceso de construcción o quien la da al servicio público o quien le asegura un buen mantenimiento y la prestación de un buen servicio para la sociedad.
En conclusión, en materia de concesiones en estos cuatro años, se hará fundamentalmente lo que dejó en curso Andrés Uriel Gallego, pero en muchos casos repotenciado y siempre con la financiación asegurada, como el aeropuerto El Dorado, mientras en los 8 años siguientes, se hará lo que concibió German Cardona y se estructurará, mejorará y licitará en esta administración. Me encanta una frase de un cantautor cubano, que dice, ojo que no mira al frente, no ayuda la mente, pero ojo que no mira al piso, no ayuda al pie. Creo que el ministro Cardona miró al frente y nos dejó una ruta trazada, pero el ministro Gallego miró al piso y nos dejó pista para trabajar hoy. Para mí, los dos merecen el reconocimiento nacional. Mi aporte será ponerle ritmo, velocidad de crucero a todo este proceso, devolver la credibilidad a los cronogramas y a los presupuestos, para lo que hay que cuidar día a día, que no se presenten obstáculos que desaceleren las diferentes etapas, estar atento al más mínimo retraso, en el más insignificante de los hitos, para llamar la atención de los contratistas, pero también, simultáneamente, se están dando los pasos que permitirán perder el miedo en la estructuración, a buscar vías modernas, con pendientes de no más del 6 por ciento, radios de curva amplios, con puentes y viaductos, que permitan velocidad de circulación promedio de 80 kph y vías más resistentes a los inviernos.
Colombia no soporta un solo fracaso más en este campo. Tenemos las herramientas, un modelo que reparte mejor los riesgos de la obra pública, incentivando a los constructores a terminar rápido para poder cobrar, un gran paquete de proyectos, más grande que todo lo licitado en los últimos 20 años, una ingeniería colombiana fuerte y todas las grandes empresas internacionales pidiendo la oportunidad de venir a competir. Es el escenario ideal, para lograr acuerdos que realmente beneficien a toda la sociedad en su conjunto y poder así, desarrollar la infraestructura que por décadas hemos soñado.
Miguel Peñaloza B
Ministro de Transporte